Gareca : El cirujano sin bisturí..

Columna de opinión
Por Victor Samuel Vega

Gareca: el cirujano sin bisturí

Se acabó. Chile quedó fuera. Otra vez. Pero esta vez sin épica, sin drama, sin sangre ni lágrimas. Apenas un bostezo largo como su travesía en estas Eliminatorias. Y en el centro de esta escena lúgubre, está él: Ricardo Gareca, el técnico zen, el hombre que llegó a salvarnos del incendio… con un vaso de agua y una linterna sin pilas.

Porque hay que decirlo: lo de Gareca fue humo de primera calidad. Vendido como el gran estratega del recambio, el sabio que metió a Perú en un Mundial después de tres generaciones, terminó siendo un turista en la banca. Chile jugó sin alma, sin rabia, sin plan. Y Gareca parecía más preocupado de no despeinarse que de arreglar el desastre que tenía delante.

Sus conferencias de prensa eran un poema a la nada: frases neutras, carisma en negativo, una distancia emocional con el país que daba frío. Y en la cancha, peor. El equipo no tenía idea, ni fuego, ni futuro. La Roja bajo su mando fue una sopa sin sal, sin carne, sin fondo.

¿Recambio generacional? Apenas unos parches. ¿Renuncia a los históricos? Tibieza total. ¿Juego ofensivo? De salón de té. Gareca no supo qué hacer con esta selección, y esta selección no supo qué hacer con él. Como un matrimonio arreglado entre dos que no se conocen y ya no se gustan.

Y sí, está claro que la culpa no es solo suya. La dirigencia del fútbol chileno lleva años jugando a las escondidas con el futuro. Las series menores son un chiste, los clubes venden promesas a Europa como si fueran sushi en happy hour, y el campeonato local es digno de un reality sin guion. Pero Gareca no vino a reformar la ANFP, vino a que la Roja compitiera. Y ni eso logró.

Así que basta de anestesia. Su ciclo terminó. Sin gloria, sin goles, sin legado. Solo queda la postal: Gareca en la banca, mirando al infinito, como esperando que le caiga una idea del cielo. No cayó.

Lo único que nos dejó fue una certeza brutal: ya no alcanza con un nombre bonito ni con currículum internacional. Chile necesita un plan. Uno real, que empiece desde abajo, que se banque el barro y que entienda que esto no se arregla con frases ni con fe.

Gareca no era el salvador. Nunca lo fue. Y ahora que el barco se hundió, sería bueno que no intentara quedarse al timón. Gracias por todo, profe. Pero sobre todo… gracias por nada.

  • Victor Samuel Vega

    Director/Propietario de www.nuevaradio.cl, y de todas sus RRSS..

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