
Cinco funcionarios de la 1ª Brigada Aérea de Iquique fueron detenidos la madrugada del jueves 3 de julio y posteriormente dados de baja por intentar trasladar cuatro kilos de droga en un vuelo institucional con destino a la Región Metropolitana.
La sustancia incautada fue confirmada como ketamina, una sustancia comercializada por organizaciones criminales como Jalisco Nueva Generación (en México) y el Tren de Aragua (en Latinoamérica).
Pero, ¿qué es la ketamina y qué tan peligrosa es esta droga?
Un anestésico peligroso
La ketamina es un anestésico originalmente usado en medicina veterinaria. También se emplea en anestesia humana y en algunos tratamientos médicos, aunque su uso recreativo está ligado a efectos alucinógenos.
Fernando Torres, toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello (UNAB), explicó que sus efectos son disociativos y psicodélicos, pues altera neurotransmisores como noradrenalina, dopamina y serotonina.
Se puede administrar por múltiples vías: intravenosa, intramuscular, nasal, oral, pulmonar y rectal. «La vía inyectable es la más eficiente respecto de los efectos que puedan producir en un ser humano. Presenta una vida media de dos a tres horas, lo que significa que se puede demorar hasta tres horas en bajar su concentración en el organismo a la mitad», detalló el especialista.
En cambio, añadió, la vía oral tiene absorción parcial: solo un pequeño porcentaje se metaboliza en el hígado.
Droga de sumisión
Se sabe que esta sustancia se utiliza frecuentemente para la elaboración del «tussi» o «cocaína rosada», pero también se ha alertado por su uso como droga de sumisión.
«La mezcla de esta sustancia con alcohol podría producir graves fallas en el sistema cardiovascular y renal: a dosis bajas, los consumidores experimentan síntomas como náuseas, vómitos, visión borrosa y sedación. En el caso de dosis altas, aparecen alucinaciones, euforia, vértigo, confusión, desorientación, amnesia retrógrada, paranoia, e incluso la muerte si se consumen sobre los 100 miligramos», alertó Torres.
«Es una droga que puede dejar inconsciente al afectado, permitiendo a un agresor cometer actos delictivos, como robos, ataques violentos e incluso del tipo sexual», concluyó.